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Domingo 22 de julio, 2007

LA CINEASTA FRANCESA FLORENCE JAUGEY IMPULSA UN HEROICO PROYECTO en nicaragua

Jurgen Ureña
jurgenurena@yahoo.com


En alguno de sus apasionados escritos sobre el hechizo cinematográfico, publicados al finalizar la década de los veinte, el dramaturgo y actor francés Antonin Artaud afirmaba: “El cine es la piel de la realidad”. La frase podría haber sido pronunciada en nuestros días por la cineasta Florence Jaugey, también actriz, también francesa y convencida de la íntima relación existente entre realidad y cine.

Han pasado más de 15 años desde que Florence Jaugey cultivó, en suelo nicaragüense, las primeras semillas de una filmografía privilegiada con la virtud de cautivar a propios y extraños. Sus películas han sido galardonadas en festivales de Puerto Rico, Guatemala, Biarritz, París, Huesca, Cádiz y Barcelona, entre otros. Ahora bien, si de reconocimientos y hallazgos estéticos se trata, la flor en el ojal se titula Cinema Alcázar (1998), galardonada con el Oso de Plata en el Festival de Berlín.

Como parte del ciclo audiovisual Documentos e imaginarios , organizado por el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo en San José, el pasado martes se proyectaron Cinema Alcázar , en torno a los pobladores de un cine en ruinas, y La isla de los niños perdidos (2002), sobre un grupo de jóvenes del Centro Penitenciario La Modelo.

Los entretelones de esos dos filmes y de La Yuma , su proyecto de largometraje en proceso, han propiciado una breve conversación.

¿Cómo ocurre este doble tránsito de la actriz en Francia a la cineasta en Nicaragua?

Llegué a Nicaragua por primera vez en el año 83 para actuar en El señor presidente , una coproducción de Francia, Cuba y Nicaragua, basada en la novela de Miguel Ángel Asturias. El director, Manuel Octavio Gómez, hizo el casting en París y me contrató para el papel de Camila, quizá porque sería la única actriz francesa que había leído el libro y porque mi apariencia funcionaba a este lado del Atlántico.

“Al año siguiente regresé a Nicaragua para el estreno; luego fui a dirigir un taller de teatro, dos años después participé en un documental, y al final me quedé en Nicaragua. En 1989 comencé a trabajar en Camila Films, al lado de Frank Pineda, y en 1991 hicimos un primer cortometraje con realización compartida: Muerto de miedo .

Algunos años después, usted filmó Cinema Alcázar , probablemente la película centroamericana de mayor repercusión internacional en nuestra breve historia.

Tal vez eso sea por haber recibido el premio en Berlín, que fue como la historia de la Cenicienta: nunca lo esperamos. Cinema Alcázar se hizo con descartes del largometraje La canción de Carla , dirigida por Ken Loach, y con una cámara de la Segunda Guerra Mundial que hacía un ruido de máquina de coser. Se habla mucho del cine de bajo presupuesto o pobre, y esta es una película típicamente pobre, lo que no tiene nada que ver con la actitud de muchos cineastas, que dicen: “Esto no está bien filmado porque no teníamos dinero”. Más bien, el hecho de contar con tantas limitaciones me obligó a trabajar el guión con una precisión excepcional: ¡no me podía equivocar!

¿Determinó ese proceso, de carencias, una estética particular?

¡Claro! Filmar una película con descartes, que en algunos casos tienen menos de un minuto, impide, por ejemplo, hacer planos secuencia. Además, la cámara produce un ruido espantoso y hace imposible el sonido directo; entonces no se pueden tener diálogos. Tampoco podíamos filmar más de cuatro días pues no teníamos dinero. En fin, toda la película se construyó alrededor de estas limitaciones, y esto determinó un lenguaje.

Cinema Alcázar es también singular porque gravita sobre la línea divisoria entre la ficción y el documental. ¿Qué motivaciones existen detrás de esto?

Siempre me ha interesado contar historias de vida. En 1990 entré por primera vez a ese cine en ruinas, en la zona en escombros de Managua, y me impactó mucho ver que alguna gente vivía ahí. Recuerdo a una señora, en el balcón, quien aprovechaba los últimos rayos del Sol para hacer la tarea con un niño. Cinema Alcázar está a mitad de camino entre el documental y la ficción ya que, por un lado, todo está allí reconstruido, pero igualmente está compuesto por las historias de vida que ocurren en ese lugar.

La isla de los niños perdidos representa un cambio significativo en cuanto a los recursos disponibles y la propuesta formal.

Sí. Este fue un proceso completamente distinto porque convivimos durante tres meses con los detenidos, y debimos proponer algo para permanecer durante ese tiempo en la cárcel. De allí surgió la idea de hacer un taller de video, que además creó algo muy importante en el cine documental: las condiciones para que ocurran las cosas.

“Hubo días en los que no ocurría nada, y además teníamos la tarea de transmitir un conocimiento para que ellos pudieran hacer sus películas, lo que para ellos ha sido una experiencia muy importante.

“Al principio pensé que, a los tres días, el sistema penitenciario nos iba a cortar. Entonces me dije: ‘Bueno, los muchachos pueden filmar y tendremos sus tomas’. Al final no hubo censura y pudimos filmar todo aquello que queríamos, dentro de los límites éticos que nos impusimos.

Hablemos de La Yuma , el proyecto de largometraje de ficción en el que usted trabaja ahora.

¡Es una locura! No sé qué me pasó el día que escribí esa historia, pero la haremos: comenzaremos a filmar en noviembre. Es extremadamente difícil levantar un proyecto de este nivel en Nicaragua. Llevamos diez años en este proceso y, cuando salga la película, será el primer largometraje nicaragüense de los últimos veinte años. Estamos en un desierto absoluto, especialmente en el audiovisual.

“La chispa que encendió todo esto fue el Fondo Centroamericano y del Caribe, Cinergia. A partir de su apoyo económico fue posible rescribir, buscar financiamiento, ir a Berlín, a Guadalajara y a otros festivales. De momento tenemos el setenta por ciento del presupuesto.

¿De qué trata la película?

Es la historia de una muchacha de los barrios populares de Managua que quiere ser boxeadora. La Yuma es rebelde y decidida, no se duerme en el camino, y, por casualidades de la vida, se encuentra con un joven estudiante, de clase media, con quien inicia una historia de amor. A través de los personajes, se ilustran las dificultades de la juventud en diversos estratos sociales. La cinta es un retrato de Managua, de la lucha diaria para salir adelante; pero no es triste, sino con mucho humor, pues esto caracteriza al nicaragüense: esa es su forma de transgredir la fatalidad.

Toulouse, Francia. Agencia AFP. | abril 2, 2008

Migración en busca de un mundo mejor, esperanzas frustradas, explotación y violencia. La directora costarricense Ishtar Yasin Gutiérrez invita en su filme "El camino" a un viaje conmovedor de la mano de unos jóvenes nicaragüenses que parten hacia Costa Rica para reunirse con su madre, que se fue allí para encontrar trabajo.

Una película costarricense es en sí un acontecimiento, dada la escasez de la producción cinematográfica centroamericana, y el público de Toulouse la recibió calurosamente y con gran interés, que se manifestó en el largo diálogo del público con la directora que se prolongó tras la proyección.

Coproducida por Costa Rica, Francia y Nicaragua, "El Camino" está dedicado a este último país.

"En 1979, siendo adolescente, estuve en Nicaragua en momentos de la revolución sandinista. Se vivió entonces un momento de gran ilusión, de esperanza de justicia social, de reforma agraria. En fin, de un mundo mejor", declaró la directora a la AFP.

"En esa época todo el mundo hablaba de Nicaragua y ahora es un país olvidado. Siguieron la guerra, el bloqueo económico, la corrupción... y hoy es uno de los países más pobres de América Latina, el segundo más pobre después de Haití", añadió.

"¿Qué pasó con Nicaragua y qué pasó con esa utopía? Quizá intenté encontrar esa utopía perdida y esa búsqueda me condujo a un lugar sin salida", dijo evocando el largo trabajo de su película, que le llevó siete años.

"Quizá la respuesta esté en la mirada de la niña de la película, quizá ella también nos pide una respuesta, quizá esté queriendo decirnos que la respuesta está en nosotros", agregó Gutiérrez, reflexionando en voz alta.

"Hablo en la película de las consecuencias de la migración, del abuso de poder y de la explotación sexual. En Costa Rica hay 800.000 nicaragüenses emigrados, lo que es enorme para una población de cuatro millones de habitantes. Ellos trabajan en las cosechas agrícolas, en el servicio doméstico, etc. En fin, en todos los trabajos que los costarricenses no quieren hacer", explicó.

"Pero hay también en Costa Rica un verdadero problema de turismo sexual. Por eso, mi película tuvo el apoyo de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) a través de un proyecto, el IPEC, destinado a la erradicación de la explotación de los menores de edad", precisó.

Para comprender el recorrido de esos emigrantes, Ishtar Yasin Gutiérrez hizo el viaje con ellos. "Hicimos juntos esa experiencia", dice, recalcando que "existe la historia verdadera de niños que partieron solos a Costa Rica para reunirse con sus padres".

Respecto a las dificultades de hacer cine en Centroamérica, la directora recordó una frase del documentalista chileno Patricio Guzmán, que dijo que un país sin imágenes, sin películas, es como una familia sin álbum de fotos. "En América Central prácticamente no ha habido cinematografía. En toda la historia de Nicaragua se han filmado tres películas, y en Costa Rica esta es la película número quince", indicó.

"Por eso para nosotros es tan importante tener un cine propio, un cine que va a convertirse en memoria", recalcó, señalando que "uno de los puntos de partida del camino de la película son las huellas de Acahualinca, marcas que quedaron grabadas de una migración que hubo hace 8.000 años"

"Esas huellas siguen ahí, como una memoria que no se borra".

Primer largometraje de Ishtar Yasin Gutiérrez, "El Camino", es presentado en concurso por el premio Descubrimiento del Festival de Toulouse.

—HUGO HERNANDEZ OVIEDO *—
Managua



Este 26 de junio cumple cuatro años de fallecida, a quien siempre recordaremos con gran respeto y admiración por su gran calidad humana, como amiga y por su talento como consagrada actriz; dejó de existir a causa del terrible cáncer la mañana del 26 de junio de l997.
FALLECIMIENTO IMPACTO EN TODOS LOS CIRCULOS SOCIALES

Las radioemisoras se encargaron de transmitir la triste noticia conjuntamente con las agencias internacionales acreditadas en Nicaragua, que informaban al mundo la biografía de la artista que había consagrado toda su vida al teatro, radio, cine y televisión nacional

DESDE MUY PEQUEÑITA DEMOSTRO SUS CUALIDADES

Su talento de niña actriz lo demostró en el patio de su casa jugando al teatro con sus compañeritas de la escuela, interpretando algunas escenas que habían presenciado en la pantalla del cine del barrio Santo Domingo; se maquillaban aplicándose papel de china humedecido (color rojo en las mejillas); las sábanas de la familia se convertían en Telón; paulatinamente va creciendo física e intelectualmente con el gran deseo de convertirse en actriz, muy joven se incorpora a la Compañía de Teatro «Encanto» de Francisco «Paco» García, donde Pilar demostró su capacidad polifacética al grado de dominar con gran maestría el drama y la comedia, su fama crecía y forma parte de la compañía de teatro de Adán Castillo, actuando exitosamente en las obras «Los Intereses Creados» del dramaturgo español Jacinto Benavente; Los Arboles Mueren de Pie»; «Bodas de Sangre»; «Juan Tenorio» hasta llegar a una de sus últimas actuaciones «La verdadera historia de Pedro Navaja».

FUE CONTRATADA PARA ACTUAR EN CINE

En 1958 era figura estelar de las radionovelas de Radio Mundial, cuando firma contrato para actuar en la película mexicano-nicaragüense «La Llamada de la Muerte» donde interpreta el papel de una afanadora, cuyas escenas y diálogos fueron al lado del actor «Villano» Carlos López Moctezuma; este notable actor mexicano simpatiza enormemente con Pilar y le ofreció apadrinarla para que se trasladara a México y se incorporara de lleno al cine azteca, ella no aceptó, amaba enormemente a Nicaragua y en algunas ocasiones a modo de chiste calificaba su actuación en esa película como «papel higiénico»; también actuó en la película «Rapto al Sol» en una escena realizada en el aeropuerto, Pilar aparece al lado del recordado José Dibb McConnell; «El espectro de la Guerra» dirigida por el cineasta nicaragüense Ramiro Lacayo, fue una producción española-nicaragüense, la primera copia doblada en España, provocaba risa escuchar los parlamentos de Pilar hablando malas palabras con el acento español, fue por esta razón que la referida película fue doblada nuevamente en los Estudios «Churubusco» de México; su último trabajo en cine fue en el corto metraje «Cine Alcázar» producción nicaragüense de «Camila Films», película galardonada en el Festival Internacional de Cine en Berlín, con el codiciado trofeo «EL OSO DE ORO».

DESTINO ME LIGO ARTISTICAMENTE A PILAR

En 1982 fui contratado paro actuar en la obra «Las cosas de Papá y mamá» al lado de la cotizada actriz Pilar Aguirre conmemorando Las Bodas de Oro en sus 50 años de carrera artística, nos acompañaban en escena la actriz María Rosa como (Luisa) Salomón Morales en el papel de (Julio) y Armando Urbina Vázquez como (el Dr. Bolt), todo bajo la dirección del maestro Jaime Alberdi (recientemente fallecido en Honduras), Pilar con el papel de (Elena), quien escribe con el papel estelar de (Leandro); este importante e histórico acontecimiento teatral se escenificó en la Sala Mayor del Teatro Nacional Rubén Darío, también fuimos compañeros de escena en la serie de televisión «El Secuestro» dirigida por el actor Enrique Polo.

El destino nos volvió a juntar en la obra «El Nacatamal de Oro» comedia dirigida y escrita por el Dr. Jesús Miguel Blandón, prentándonos en cartelera del Teatro González de Managua y giras por todos los departamentos de Nicaragua para luego viajar a Cuba y presentarnos en el escenario de Radio Rebelde (lo que anteriormente se conocía como el escenario de Radio CMQ) culminando en la sala mayor «Avellaneda Teatro Nacional» de La Habana; posteriormente El Nacatamal de Oro se presenta en todas las Universidades de la ciudad de México y Guadalajara. Al correr del tiempo Pilar y yo fuimos compañeros de micrófono en Radio Nicaragua en el programa «Club Radial Campesino» y en México participamos en el doblaje de la película «El Espectro de la Guerra», me cupo el honor de grabar el avance del estreno con escenas de la referida película, labor que realizamos en Estudios Cinematográficos Churubusco- México.

SER AMIGO DE PILAR, FUE UN PRIVILEGIO PARA MI

El mejor regalo que me ha dado el destino fue la amistad que me ligaba con la incomparable Pilar, ella me transmitía sabios consejos y secretos del dominio de actuación, era una mujer simpática, dicharachera, bromista pero a la vez muy respetuosa y amable, se ganaba el cariño de todos.

PREMIO NACIONAL DE HUMANIDADES EN HOMENAJE POSTUMO

A lo largo de su carrera acumula cantidad de diplomas, trofeos, medallas de oro y en la noche que se velaba su cadáver en el Salón de las Arañas del Teatro Nacional Rubén Darío, se le otorga en homenaje póstumo el galardón de mayor prestigio que concede el Gobierno de Nicaragua: premio Nacional de Humanidades por su aporte a la cultura nicaragüense, al día siguiente se le ofició responso de cuerpo presente en las ruinas de la Catedral, La Orquesta Nacional ejecutó tangos, (los preferidos de la artista), también ejecutaron marchas fúnebres; al llegar al cementerio general, al oeste de la ciudad, se apreciaban sus amigos artistas con lágrimas en las ojos, estaba muy tristes su hermano Pedro, su nieto Raúl Alfredo y sus hijos Luz y Norman Porras Aguirre, público en general, un trío de guitarras musicalizaba el adiós de la artista, interpretando los temas preferidos: La Mitad que me faltaba, Sin tí, Tus ojos se cerraron, pero lo más impresionante cuando la actriz Evelyn Martínez dio lectura a una carta de despedida qus escribía Pilar dirigida a familiares, amistades, artistas y público que le acompañara en su funeral. La vida de Pilar nos hace reflexionar sobre su deseo de superación que es digno ejemplo para quienes aspiran incorporarse a la carrera escénica.

(* Recopilador de datos biográficos).

—Por: HUGO HERNANDEZ OVIEDO*—

La mayoría de sobresalientes narradores deportivos de Nicaragua se iniciaron como actores de teatro, entre ellos Sucre Frech; Armando Provedor; Pepe Ruiz y otros que al correr del tiempo alternaron sus actividades del teatro con los deportes.
PEPE RUIZ SE DESTACO ACTUANDO EN LA INAUGURACION DEL TEATRO EXPERIMENTAL RUBEN DARIO

El jueves 20 de abril de 1972 se inauguró el teatro experimental Rubén Darío con capacidad de 250 personas, esa noche fue puesta en escena la obra "La Falda Pantalón" del escritor nicaragüense Don Adolfo Calero Orozco con la excelente dirección de la consagrada actriz Socorro Bonilla Castellón, respaldada con un elenco de prestigiados actores debidamente escogidos para la inauguración de esta sala teatral: Blanca Amador; Evelyn Martínez; Emperatriz Alemán; Armando Urbina Vásquez; Pepe Ruiz; Xiomara Centeno; Guillermo Mejía; Frank Jarquín y quien escribe el presente artículo.

PEPE RUIZ ORIGINARIO DE CHONTALES

Nació en Acoyapa, Chontales el 29 de enero de 1947, siendo sus padres el Señor Dolores Ruiz y Señora Ventura Morales; después de sus estudios primarios continúa hasta coronarse en estudios superiores del Magisterio Nacional en la Normal de Jinotepe y Normal de Estelí; ya como profesor impartió clases en la Escuela "El Chilamate" carretera al Rama.

SE INICIA EN RADIO MUNDIAL

En 1964 Pepe Ruiz visitó los Estudios de grabación de Radio Mundial para admirar cómo se realizaban las radionovelas; conoció a Don José Castillo Osejo quien le brindó la oportunidad de hacer una prueba de grabación y al escucharlo -le dijo- Usted se queda! desde ese momento lo apoyó con sus sabios consejos y secretos de experiencias radiofónicas, a tal grado que diariamente le dedicaba media hora para indicarle la técnica de interpretar la lectura de los personajes del libreto; Pepe fue paulatinamente participando en las Radionovelas con pequeñas intervenciones. Salta al estrellato en Radio Corporación en las Radionovelas, hizo locución y comerciales, se especializó en la narrativa de las novelas bajo la dirección de sus maestros Fabio Gadea Mantilla y José Castillo Osejo; se destaca como lector de comerciales en el programa "La Calle" de Joaquín Sampson Argüello; posteriormente en el noticiero DOS en Punto de Julio Armas; fue Cidar Cisneros quien le da la oportunidad de laborar en Radiodifusora Nacional, laborando al lado de Justo Castillo Collado, Armando Provedor, Marco Aurelio Morales de la Cruz, Fabricio Escobar Zelaya; Guillermo Treminio; Félix Guadamuz Castrillo; Antonio Amaya; Ramón Rodríguez y otros.

PARTICIPA EN LA PASION DE CRISTO CON EL PAPEL DE JESUS

Cuando el recordado actor mexicano que vivió en Nicaragua durante diez años César Sobrevals renunció al papel de Jesús, fue el momento oportuno para asignarle a Pepe Ruiz tan importante papel actuando al lado de Mamerto Martínez, Oscar Enriquez, Carlos Mejía Godoy, Blanca Amador, Aura María Ruiz, Carlos Lara, Salvador Zamora, Gustavo Valle y Naraya Céspedes; continuando su carrera de actor en las obras "prohibido suicidarse en primavera; "Por los Caminos van los Campesinos"; "Ancestral 66" del escritor y pintor nicaragüense Alberto Icaza, compartiendo escenas con Mimy Hammer. También actuó en obras cómica en Televisión bajo la dirección del Dr. Jesús Miguel Blandón.

PROYECTOS DE TELENOVELAS DE NICARAGUA SE FRUSTRARON CON EL TERREMOTO DE 1972

La Industria Cinematográfica; telenovelas y la Compañía Teatral de Nicaragua dejaron sin efectos sus proyectos que en la actualidad serían extraordinarias divisas en pro del progreso artístico nacional; recuerdo que Chanito Aguerri había declarado que tenía por firmar un convenio cinematográfico con productores del Cine Mexicano para edificar un Estudio de Cine en Nicaragua para realizar películas con actores nicaragüenses y mexicanos en vista de los éxitos logrados con la cintas realizadas "Rapto al Sol" y "La llamada de le muerte". En lo relacionado a telenovelas que se realizarían en Nicaragua, Don Manuel Arana Valle tenía gran amistad con el Señor Emilio Azcarraga propietario de La XEW La Voz de la América Latina desde México y propietario de Televicentro hoy Televisa firmarían un convenio para hacer Telenovelas en Nicaragua bajo la dirección de los cubanos Manolo Villamil y su esposa Yolanda Fabián, se planificaban libretos con temas, canciones y actores nicaragüenses. Por su parte La Compañía Teatral de Nicaragua bajo la dirección del destacado teatrista Cubano del Actor Studios de Nueva York Señor Luis Martínez Concepción quien ya había estrenado con rotundo éxito las obras nicaragüenses "La Puerta" de Rolando Steyner y "La Chinfonía Burguesa" de Joaquín Pasos y José Cornel Urtecho, estos proyectos fueron patrocinados por Doña Hope Portocarrero y se tenía programado realizar giras internacionales por Norte, Centro y Sudamérica representando el talento de los actores nicaragüenses. Todo esto se frustró y a la fecha no se ha hecho nada en pro de la Industria Cinematográfica de Nicaragua; muchos actores han envejecido y sus sueños nunca se hicieron realidad, se vieron obligados a buscar otros rumbos para sobrevivir dedicándose a otras actividades como Pepe Ruiz con su talento después de estar bajo la dirección de un elemento de Actor Studios de Nueva York; hoy se gana la vida dignamente como uno de los mejores narradores deportivos del país, laborando para la televisión y en Radio Nicaragua. (*Recopilador de datos biográficos)

Edwin Sánchez | esanchez@elnuevodiario.com.ni


Ver a un actor al margen de la pantalla grande, ya cuando las luces se encienden, el público se va y la imagen se apaga, no deja de ser un capítulo que uno quisiera saltarse con todas sus páginas, más cuando ese artista nos dice: “Quisiera, desde esta entrevista con EL NUEVO DIARIO, que la Asamblea Nacional me otorgara una pensión de gracia”.

Es Hugo Hernández Oviedo, uno de los más talentosos actores de Centroamérica, cuyo nombre quedó registrado en siete películas, innumerables actuaciones en teatro y televisión, compuso además seis canciones, dirigió tres documentales y escribió libretos y todavía legó su propio sello en la Radio Mera Mera .

Hugo, el actor, ahora interpreta el retiro. Un papel difícil para un hombre cuya vida pública transcurrió delante de las cámaras, los micrófonos, los reflectores y los aplausos. Hoy, en el barrio Monseñor Lezcano, hace de la mesa casi un álbum de su vida, y las paredes dejan que hablen las grandes fotografías en blanco y negro de sus memorables roles.

Sus mejores homenajes, además del aplauso o la admiración del respetable público, fueron palabras como las que escuchó de Pablo Antonio Cuadra: “Es el Margarito que yo me imaginé cuando escribía Por los caminos van los campesinos”.

De oficio contador
Darle aliento a personajes que de otra forma podrían haber resultado planos ante el público demostró desde temprano que este leonés del año 1938 había venido al mundo a desempeñar las vidas de ficción que autores como Adolfo Calero Orozco creaban, aunque lejos de las tablas, en la sombra, trataba de desempeñar su propio papel de modesto administrador en las oficinas del Distrito Nacional. Ahí estaba un empleado deseoso de ver pintada en el reloj la una de la tarde para ir a recibir el curso de actuación y locución ofrecido por el profesor y escritor Julio César Sandoval o de estar bajo la dirección de Socorro Bonilla Castellón.

Desarrollar una carrera de actor en Nicaragua debe ser casi como un trabajo prohibido. Yo le pregunto a este hombre, quien conserva su voz bien modulada, que se oye como si narrara su existencia con ese timbre fantástico de los grandes narradores de radionovelas de los años 50 y 60, ¿cómo hace un artista para sobrevivir en el medio?
“Es imposible, tienes que tener algún oficio. Soy contador, y durante todo ese tiempo trabajé en varias partes. En la Nomar fui contador, y luego vendedor de seguros, y así llegue a la constructora que hizo el Teatro Nacional Rubén Darío, el Inter”.

Pasó luego a la contabilidad del Distrito Nacional, llevando los gastos de combustible de esa institución.

Trabajaba de siete de la mañana a una de la tarde. “Yo no perdí mi tiempo. En las tardes estudiaba en los cursos de Radio Mundial”. Don Hugo cuenta que en su época del DN le dieron la noticia de que sería parte del elenco de la primera película nicaragüense: “Milagro en el bosque”.

Fue uno de los primeros actores nacionales, cuya imagen se vio por primera vez en la televisión en noviembre de 1958, a través del canal 6. En 1963 se inscribió en el Curso de Teatro en Bellas Artes, bajo la dirección del profesor Alfredo Valessi, un exigente dramaturgo.

Con su don, debidamente pulido, se puede decir que HHO no es una obra de la casualidad, sino que sus personificaciones llegan a obra de arte. Directores de cine y teatro, tanto cubanos como mexicanos, valoraron su calidad interpretativa y, en la época de oro de la fotonovela mexicana, los directores sabían que el actor extranjero no les hacía perder ninguna fotografía: era un tiro seguro.

“Margarito” en obra de PAC
Actor que repudió en las películas llevar dobles, se atrevió a filmar escenas peligrosas, aunque significara caer rodando hasta 13 gradas, ensayarlas una y otra vez hasta domesticar el peligro. HHO decidió cargar de vitalidad a sus personajes y seguramente es de los que gustan del realismo en las escenas más riesgosas.

Su gran amistad con el actor mexicano César Sobrevals --quien vino a dirigir la Comedia Nacional con Socorro Bonilla, y se quedó en Nicaragua hasta después del terremoto de 1972-- le valió dirigir el programa de “El Rancho de Sobrevals”, en Canal 2.

Para la época, su historial ya era abultado, y aunque en una entrevista es difícil comprimir los episodios de un personaje como HHO, vale decir que un director cubano como Manolo Villamil reconoció sus cualidades innatas. Su facilidad para encarnarlos quedó expuesta cuando dejó el papel asignado en “Por los caminos van los campesinos” para hacer de “Margarito” con sólo haber visto a René Blanco (único actor muerto en el terremoto), cuando éste declinó por asuntos personales participar en la puesta en escena.

“Cuando dije: estoy saturado, hice teatro, televisión y cine en Nicaragua, decidí ahora: debo dar el salto a México”. Dos artistas contribuyeron a “hacerle cama” en el Distrito Federal, Sobrevals y Juan Ángel Martínez, quien fue parte del elenco pionero de la versión hispana de Plaza Sésamo.

Esa relación con Martínez le llevó a impulsar todavía en Nicaragua dos proyectos de fotonovelas, una de ellas recordada todavía por algunos como “Brenda”, donde hermosas actrices lucían sus encantos tales como la misma Brenda Basset y Lesbia Espinoza, constituyéndose así HHO en el iniciador de ese género editorial a mediados de los años 70 en Nicaragua.

Pasó prueba con ANDA
“Gonzalo”, tal era el nombre de Martínez en Plaza Sésamo, le invitó: “Cuando quieras llegar a México, llegas a mi casa y yo te ayudo con el cine mexicano”. Hizo un viaje a México y se hospedó en su casa, “y me presentaba en todas partes. Por él comencé a trabajar en fotonovelas, en Valle de Lágrimas, y otras. Compartí escenas con Capulina, pero debí poner en orden la visa de entrada, declarar que iba a trabajar”. Don Hugo reconoce: “Pero no creas, es difícil entrar al cine”.

Sobrevals lo conectó con la Asociación Nacional de Actores de México (ANDA), regularizó sus papeles, pero le pidieron tres cartas de recomendación de actores reconocidos, una fue del mismo Sobrevals, la otra de Martínez y ni José José lo dejó morir, ya que le ayudó a trabajar en México.

En 1986 hizo un casting, llevó su álbum, y en el escenario del Teatro “Jorge Negrete” debió someterse a un examen con parte del personal de la directiva de ANDA; “y si no pasa no hay nada”. HHO demostró su talento y pasó a trabajar en la película “Te solté la rienda”, con Humberto Cabañas; “Héroes de Mar”, dirigida por un “director energúmeno” llamado José Estrada.

Participó en el filme “Ángel del Barrio”, con Roberto Cobo. “Gracias a Dios me conecté a través de Ángel Martínez con mucha gente, entre ellos los hermanos Escamillas, que tienen ahora una productora de cine. “Siempre me estaban llamando para sus fotonovelas”.

¿Hugo Hernández Oviedo se realizó?
Me siento realizado, aunque siempre tropiezas con altos y bajos, con gente incomprensible. Me lleno de orgullo con toda esta muestra (su voluminoso álbum). Todo lo que he hecho lo tengo en fotos, lo que hice en México, en España se publicó lo de la fotonovela “Brenda”, participé con Chuno Blandón en el “Nacatamal de Oro”, en los estudios de lo que fue la YNQ en La Habana, hoy Radio Rebelde, bajo la dirección de Alfredo Valessi.

Es parte de mi vida haber conocido a dos grandes artistas: Humberto Cabañas y Aída Cuevas.


"Tal vez los diputados se acuerdan de Hugo Hernández Oviedo"

Mientras entrevistábamos al actor, supe que hacía lo imposible por interpretar a un hombre saludable. Casi lo logró, pero no pudo ocultar el nebulizador, tampoco, guardar esas palabras que seguramente no estaban en el libreto original que había preparado la noche anterior para su encuentro con EL NUEVO DIARIO. En Monseñor Lezcano él mismo, finalmente, revelaba lo que sus facciones tenuemente nos adelantaban: “Estoy muy enfermo”. Una de las grandes glorias del arte escénico nacional urge de la ayuda que como tal requiere. ¿El Estado sabrá actuar ante un nicaragüense de la valía de HHO? ¿O el Concejo Municipal de Managua y su alcalde Nicho Marenco deberán darle el lugar que se merece?
¿El episodio que quisieras borrar de la pizarra de tu vida?
No digo que hayan episodios tristes, son accidentes; los pasa uno con gente incomprensible, que no le conoce a uno y desafortunadamente te menosprecia. Pero entre los hermosos episodios está haber participado en “Milagro en el bosque”, en “Chinfonía Burguesa”, con lo más connotados actores de Nicaragua. Haber sido de los primeros en actuar en el Teatro Nacional Rubén Darío, inaugurado por artistas mexicanos, en vez de nicaragüenses, porque así lo había decidido Hope Portocarrero, entonces esposa de Anastasio Somoza Debayle.

Una efeméride personal es el haber hecho, bajo la dirección de Socorro Bonilla, siete personajes en la obra “Sí quiero”, de Alfonso Pasos, español.

¿Toda esa experiencia se va a perder?, ¿no hay forma de transmitir esa escuela?
Erasmo Alizaga me invitó la Escuela Nacional de Teatro “Pilar Aguirre”, pero como estoy muy enfermo del corazón y del asma entonces decliné, y le agradezco a él.

Con la ONG “Plan Internacional”, por medio de Freddy Rostrán, me contrataron para escribir el documental “Homenaje a la patria”. Hice un casting con niños de los asentamientos. Busqué a los más vivarachos. Luego hice “Homenaje a la patria”.

¿Como querés que se te recuerde?
Como un hombre sencillo y popular, no un ególatra o un súper actor.

¿Cuando viste tu imagen en la pantalla grande, cuál fue tu impresión?
Fue un impacto bien bonito. Pero he tenido como bandera ser amable con toda la gente.

¿Se reconoce en este país el trabajo de un actor?
Creo que no se aprecia, porque desde qué años estoy tratando de llegar a la Asamblea Nacional para que me den una pensión de gracia, y ni siquiera he podido entrar. Ya me siento viejo, creo que no llegaré a vivir más de cinco años.

Se metió un anteproyecto hace cinco años, me dieron 10 mil córdobas. Esto no es algo regular. A través de END ruego a todos los diputados que se acuerden de Hugo Hernández Oviedo. Quizá me autorizan una pensión para estos pocos años que me quedan.

Elizabeth Ugarte Flores

Universidad Centroamericana, Managua

Tomado de internet http://collaborations.denison.edu/istmo/n13/articulos/recorrido.html

ugarteelizabeth@hotmail.com


La imagen es una forma de expresión abarcadora.
Percibe y concibe nuestro alrededor.


Tuvo que transcurrir un largo tiempo para que la producción audiovisual en Nicaragua viviera su periodo de efervescencia, pues no fue hasta la década de 1950 que en el país se hicieron las dos primeras producciones de ficción –aunque de realización mexicana- Rapto al sol (1956) de Fernando Méndez y La llamada de la muerte (1958) de Antonio Orellana. Ya habían pasado más de 30 años desde que David Llewelyn Wark Griffith (1875-1948)1 se había convencido de que la cinematografía que estaba produciendo era un verdadero arte.

Pero también existen referencias de dos películas anteriores, Las mulas de Pancho Frixione (1924), según datos encontrados por Miguel Ayerdis en la revista Nicaragua Informativa del 24 de agosto de 1924 (Ayerdis, 1999: 3). La película es una ficción, basada en una anécdota del finquero nicaragüense Francisco Frixione, y según parece, no fue exhibida en Nicaragua, pero sí en Estados Unidos, Londres y París. En una investigación monográfica también se habla de una película muda de realización mexicana, Así es Nicaragua de José Bohr, de la que no se conoce la fecha del rodaje, pero se sabe que contenía imágenes de las calles de la ciudad de Granada y particularmente imágenes de bellas mujeres (García y Torrez, 2000: 7).

Se dice que desde los años cuarenta, Nicaragua era uno de los lugares preferidos de la industria cinematográfica mexicana para el rodaje de sus películas, y lo que talvez no se pudiese considerar casualidad, es que para estos años el gobierno de Anastasio Somoza García (1937-1956) contratara a empresas cinematográficas mexicanas para que produjeran documentales y noticieros de propaganda para su gobierno, los cuales se proyectaban en los cines, antes de cada película.



Las primeras inquietudes

En realidad, la verdadera producción audiovisual nicaragüense tuvo lugar en la década de los ochenta, aunque en la década de 1970 ya se habían establecido las dos primeras productoras de cine –EDICIN (Empresa Distribuidora de Cine Nicaragüense) y PRODUCINE2-, pero estas se encargaron principalmente de producir noticieros y documentales que correspondían a los intereses políticos del gobierno de Anastasio Somoza Debayle (1968-1979).

En este periodo, los noticieros estuvieron influenciados por el periodismo norteamericano, pues eran noticieros convencionales, que se caracterizaban por la continuidad de la imagen y por tener una narración directa. En cambio, los noticieros de la década de los ochenta, aunque también de carácter propagandístico, estaban influenciados por la Escuela de Santiago Álvarez (1919-1998)3, y en estos prevalecía la imagen y la música, más que la narración enoff.

En 1972, entre los documentales y noticieros de propaganda para el gobierno de Anastasio Somoza Debayle, EDICIN produce Un milagro en el bosque de la chilena Margarita Álvarez, largometraje de ficción que aborda el tema religioso, concretamente la historia de la imagen de Santo Domingo de Guzmán, el santo patrono de la ciudad de Managua. Esta ficción se basó a su vez en La verdadera historia de Santo Domingo (1971), un documental de la misma realizadora.

Si bien es cierto que la década de los setenta no fue la época del auge del arte cinematográfico nicaragüense, existían ya jóvenes interesados en someterse a los instrumentos, recursos y técnicas que ofrecía el cine como medio de expresión. Por otra parte, la realización de una obra cinematográfica -por sus altos costos- implicaba grandes sacrificios, pues el Estado no estaba interesado en apoyar este tipo de proyectos y además existía un limitado interés por parte del público, ya que el país no contaba, en el sentido estricto de la palabra, con una tradición cinematográfica. Razón para que estas inquietudes se apaciguaran. No obstante, con la producción experimental Señoritas (1973), de Rafael Vargas Ruiz, cortometraje perteneciente al cine mudo y en formato blanco y negro, se puso de manifiesto la suprema creación artística que fue explorando las posibilidades expresivas de la cinematografía. Señoritas es considerado el primer cortometraje propiamente nicaragüense.



Periodo de efervescencia

En la década de los ochenta ya Nicaragua contaba con cinco centros de producción audiovisual: el Sistema Sandinista Nacional de Televisión (SSNT), el taller de video del Departamento de Comunicación del Ministerio de Reforma Agraria (MIDINRA), el taller de cine Super 8 (El Cine de los Trabajadores) de la Central Sandinista de Trabajadores (CST) y el Instituto de Cine Nicaragüense (INCINE), adscrito al Ministerio de Cultura.

Pero todo comenzó en la montaña, antes de la Revolución, cuando el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) creó la brigada cultural “Leonel Rugama”4 del Frente Sur “Benjamín Zeledón”. Fue allí desde donde un grupo de guerrilleros cineastas, que con entrenamientos básicos y con equipos de filmación obsoletos, contribuyeron a documentar la guerra de liberación de 1979. Filmaron más de 80 mil pies de película que contenían escenas de la lucha armada en contra la dictadura somozista. Desde el punto de vista propagandístico, esta brigada jugó un papel primordial, ya que a partir de todo el trabajo de filmación que recogió la lucha de insurrección, surgieron importantes producciones cinematográficas sobre la Revolución Popular Sandinista.

En 1979, la Revolución Popular Sandinista dio seguimiento al trabajo audiovisual nicaragüense, se puede decir que ésta fue la etapa de florecimiento, pues el Estado apoyaba la creación de instituciones cinematográficas. Este mismo año se estableció el Instituto Sandinista de Cine Nicaragüense (ISCN), que luego pasó a ser el Instituto Nicaragüense de Cine (INCINE). El equipo de INCINE estaba conformado por un grupo de jóvenes comprometidos con el proceso revolucionario, algunos de sus fundadores habían participado en la guerra de insurrección como corresponsales de guerra y otros habían formado parte de la brigada “Leonel Rugama”.

Ellos se aventuraron a llevar adelante un cine revolucionario, de transformación social que se basaba en la ideología sandinista; era un cine integrado a una política revolucionaria. En este caso se estaba hablando del “cine militante”, una categoría interna del Tercer Cine5, es decir, “cine asumido como instrumento, complemento o apoyatura de determinada política y de las organizaciones que la llevan a cabo.” (Solanas y Getino, 1973: 130)

La institucionalización de la producción cinematográfica fue el primer paso hacia la construcción de un cine propiamente nicaragüense, que por aquellos años, buscaba su identidad. El Instituto Nicaragüense de Cine (INCINE) logró ser reconocido en concursos y festivales internacionales por sus valiosas producciones. Se produjeron noticieros, documentales y ficción (tanto corto- como largometrajes).

Los noticieros se proyectaban en los cines antes de cada película, y tuvieron influencia, como se mencionó anteriormente, del periodismo cinematográfico cubano. Las crónicas recogían con verdadera creatividad visual los sucesos y acontecimientos más importantes de la Revolución Popular Sandinista, la Reforma Agraria, la Cruzada Nacional de Alfabetización, la guerra de agresión, la promoción de la cultura nacional, etc.

Nacionalización de las minas de Frank Pineda, fue el título del primer noticiero de Frank y en 1980 el noticiero 1979 año de la liberación, del mismo realizador, obtuvo el Premio de la Crítica en el Festival de Tashkent (URSS, 1980). Entre otros noticieros estaban: Inicio Cruzada Nacional de Alfabetización (1980) de María José Álvarez, Primer Aniversario de la Revolución Popular Sandinista (1980) de Ramiro Lacayo,Jornada anti-intervencionista (1981) de Mariano Marín, Unidad frente a la agresión (1983) de Alberto Legal y, Nicaragua ganó (1985) de Fernando Somarriba.

Dentro de algunas de las producciones documentales de la década se encuentran: La insurrección cultural (1980) de Jorge Denti, que obtuvo premio en el Festival de Bilbao en 1982; País pobre, ciudadano pobre (1981) de María José Álvarez; La otra cara del oro (1981) de Rafael Vargas Ruiz y Emilio Rodríguez; Bananeras (1982) de Ramiro Lacayo y Los hijos del río (1987) de Fernando Somarriba.

Entre las ficciones se pueden nombrar: Manuel (1985) de Rafael Vargas Ruiz, el primer cortometraje de ficción de la década; Que se rinda tu madre (1985) de Fernando Somarriba; Elcenterfielder (1985) de Ramiro Lacayo; Esbozo de Daniel (1985) de Mariano Marín; Únanse tantos vigores dispersos (1986) de Rafael Vargas Ruiz; Mujeres de la Frontera de Iván Argüello (1986) y El espectro de la guerra (1988) de Ramiro Lacayo.

Para esta época, Nicaragua fue muy visitada por cineastas de distintas nacionalidades y de igual manera se lograron realizar varias coproducciones, como por ejemplo, La insurrección (1980), un largometraje de Peter Lilienthal; Alsino y el cóndor (1982) del chileno Miguel Littin, nominada al Oscar como mejor película extranjera en 1983; El señor presidente (1983) del cubano Manuel Octavio Gómez y Walker (1983) de Alex Cox.

Los noticieros, los documentales y las ficciones se filmaron en formatos de 16 y 35 mm, pero también INCINE contaba con un Departamento de Video que recogía las semblanzas de escritores y pintores como Julio Cortázar, Ernesto Cardenal, Leoncio Sáenz, Leonel Vanegas, etc., producciones que fueron realizadas por Rosana Lacayo.

En esta década también tuvo lugar la experiencia del Taller de Cine Super 8 “Timoteo Velásquez” de la Central Sandinista de Trabajadores (CST), dirigido por el cineasta boliviano Alfonso Gumucio-Dagrón. El Taller de Cine Super 8 o Cine de los Trabajadores, es el concepto “de un nuevo cine que en manos de los trabajadores, contribuye en el proceso de construcción iniciado con el triunfo de la Revolución Popular Sandinista, el 19 de julio de 1979.” (Gumucio-Dragón, 1981, Presentación)

El Taller de Cine Super 8 fue parte del proyecto “Apoyo a la Campaña de Alfabetización Económica”, implementado por el Ministerio de Planificación de Nicaragua con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El programa inició en 1980 y tuvo como objetivo crear un centro de producción cinematográfica en la Central Sandinista de Trabajadores y el punto de partida fue “la tecnología sofisticada, pero automatizada del Cine Super 8 que hace posible su transferencia a manos de hombres y mujeres que nunca antes han abordado la producción cinematográfica.” (Gumucio-Dragón, 1981: 10)

En este sentido, se hablaba de la transferencia tecnológica, es decir, de poner el cine en manos del pueblo organizado, pues la capacitación fue dirigida a trabajadores de diferentes organizaciones de masas como la Central Sandinista de Trabajadores (CST), la Asociación de Trabajadores del Campo, los Comité de Defensa Sandinista, la Juventud Sandinista y la Asociación de Niños Sandinistas. Según Gumucio-Dragón, Nicaragua fue el primer país de América Latina que contaba con cineastas obreros.

La capacitación comprendió un periodo de cinco meses y se utilizó la Cámara Super 86 por considerarla un formato económico y fácil de manipular. El Taller tuvo como resultado Cooperativa Sandino (1981), una semificción de 40 min. que muestra los problemas que en esos momentos enfrentaba el país, a través de una cooperativa imaginaria. En ese sentido es considerada una parábola de la Nicaragua de esos años, de sus problemas y de las amenazas, como también de la gran voluntad de salir adelante (Zamora, 2004).

En este contexto y de manera simultánea, Alfonso Gumucio-Dragón escribió el libro El cine de los trabajadores. Taller de Cine Super 8, que recoge toda la experiencia de los talleres de capacitación de la CST en Nicaragua:

El cine Super 8 esta aún por descubrirse. Es un cine que no tiene todavía moldes ni etiqueta. Por ello este libro puede parecer prematuro. Contiene un cuerpo de reflexiones en movimientos indóciles, tesis esbozadas al calor de procesos históricos tan distintos como el de Nicaragua y el de Bolivia. (Gumucio-Dragón, 1981: 9)



Una etapa diferente

Para finales de la década de los ochenta, las instituciones cinematográficas ya no contaban con el apoyo estatal, y en la década de los noventa, las producciones de ficción fueron muy esporádicas, por la misma falta de financiamiento. La producción audiovisual de Nicaragua vivía su periodo de crisis. A pesar de la crisis y con muchas dificultades se logró hacer —aunque muy poco— cine independiente y se lograron obtener premios internacionales, tanto para el género documental como para la ficción.

Para esta época, algunos cineastas que formaron parte del ya desaparecido INCINE, establecieron sus propias productoras, pero más que todo se dedicaron a la producción de videos institucionales y de documentales financiados por la cooperación internacional y organizaciones no gubernamentales. Los temas abordados tenían que ver con la problemática social: la violencia contra la mujer, el abuso sexual, las migraciones, el sida, la contaminación ambiental, etc.

Una constante en la producción audiovisual de esta década, fue el tema y la perspectiva de género, que destacaba el papel de la mujer en la sociedad: Lady Marshal (1990) de María José Álvarez y Martha Clarisa Hernández, es el testimonio de tres mujeres, únicas dueñas de un barco de la comunidad pesquera Marshal Point del Atlántico Sur de Nicaragua. Se trata de un documental en formato de 16 mm. No todos los sueños han sido soñados (1994) y Blanco organdí (1998), de las mismas realizadoras; Cinema Alcázar (1998) y El día que me quieras (1999) de Florence Jaugey son otros documentales pertenecientes a esta década que abordan el tema.



Las iniciativas del nuevo milenio

En la actualidad el Estado sigue mostrando su desinterés en apoyar la expresión audiovisual, pues no se llegó a aprobar el anteproyecto de Ley de Fomento y Promoción de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales, redactada por la Asociación Nicaragüense de Cinematografía (ANCI)7. Esta falta de interés también se evidencia ante el estado lamentable en que se encuentra el Archivo Cinematográfico Nacional, pues se ha perdido valioso material por falta de presupuesto.

Sin embargo, esta es una nueva época, se reflejan nuevos proyectos y esfuerzos experimentales. Aunque la producción de video documental continúa, y generalmente sigue abordando los temas sociales, se visualiza una oportunidad para la ficción, la cual tuvo su mayor producción en la década de los ochenta.

En Nicaragua se están produciendo cuatro películas de ficción, apoyadas por ANCI con fondos de una agencia de cooperación, resultado de un Taller de Escritura Dramática: Brisa Nocturna de Rosana Lacayo, que trata un tema amoroso; Orión de Rafael Ruiz, el cual narra la historia de un actor de teatro y su lucha contra el sida; La cueva del muerto de Fernando Somarriba, una ficción que se remonta al año 1530 y aborda el tema de la colonización española; Historia de un amor anunciado de Bolívar González, que trata el tema de la homosexualidad. De estas cuatro, solamente Brisa Nocturna ha sido estrenada en salas de cine comerciales, las otras tres todavía están en proceso. Brisa Nocturna es la segunda ficción que se estrena en estos últimos años, después de Blanco organdí (1998) de María José Álvarez y Martha Clarisa Hernández.

Así, han surgido en estos años eventos de carácter cinematográfico, que en la década de los noventa no se habían manifestado, como por ejemplo, el primer Encuentro Centroamericano de Creadores, Productores y Promotores Audiovisuales, realizado en Granada, Nicaragua, en noviembre de 1999, así como cuatro ediciones de la Muestra de Cine y Video Latinoamericano a partir del año 2000 en las que fueron incluidas las producciones nacionales. Otros ejemplos de este nuevo momento son: una retrospectiva de Cine y Video de la Revolución (2004), una muestra de cine y video contemporáneo nicaragüense (2004) y dos muestras de video experimental (2005 y 2006), en las que fueron proyectadas aproximaciones experimentales de jóvenes videastas, nacidas de talleres de video experimental.

En resumen, este periodo podría vislumbrar nuevas promesas ante los avances de la tecnología y el auge del video y la cámara digital, formatos accesibles que permiten producir un cine más barato. Pero esto sólo el tiempo lo podrá confirmar, cuando la producción de este momento pase a formar parte de la historia audiovisual de Nicaragua.

Sólo resta decir que en este recorrido audiovisual, se ha identificado un aspecto importante, analizar el resultado de estas producciones, partiendo de una teoría de la recepción. El impacto que han podido provocar estas películas en el espectador como colectivo histórico (bagaje cultural individual y experiencias vividas), aspecto que se abordará en un estudio posterior.
© Elizabeth Ugarte Flores

HOMENAJE A UNO DE NUESTROS GRANDES ACTORES DRAMATICOS

por Isidro Rodríguez Silva
Lo que es Carlos Martínez Rivas para la poesía o Armando Morales para la plástica, lo es Hugo Hernández Oviedo para el teatro nacional. Es el actor mas completo del movimiento actoral nicaragüense, tanto de la escena, la radio, la televisión y el cine, y es también el primero de proyección internacional, con una carrera artística que comienza en 1945, a la edad de siete años en las famosas veladas de la iglesia San Felipe, en su ciudad natal de León. Recientemente el Instituto Nicaragüense de Cultura y la Escuela Nacional de Teatro Pilar Aguirre le rindieron un homenaje nacional con la I muestra de teatro que llevó su nombre, donde también recibió una medalla de oro de parte de don Carlos Garzón, mecenas de los artistas nacionales.

Su porte particular, su presencia escénica, pero sobre todo su veta histriónica lo ha llevado a encarnar personajes disímiles en cuanto su carácter dramático o cómico, así lo vemos en un teatro de vanguardia encarnando a Don Chombón, junto a un reparto de primera que reunió a actrices como Blanca Amador, Gloria Elena de Espinoza y Miriam Hebé, en la Chinfonía Burguesa de José Coronel Urtecho y Joaquín Pasos o el personaje caricaturesco de Toribio, agente secreto somocista , cepillo y oportunista en la obra "El nacatamal de Oro" de Chuno Blandón compartiendo escena con la gran actriz Evelyn Martínez, que recorrieron con éxito rotundo México y Cuba.

Si la Chinfonía Burguesa es la mejor comedia del teatro nicaragüense, Por los caminos van los campesinos de Pablo Antonio Cuadra es sin duda alguna la obra que sintetiza lo ser nicaragüense y su trágica historia, también es una de las obras de mayor proyección escénica, radial y televisiva, que representó a Nicaragua en la antología del teatro Latinoamericano recopilado por Carlos Solórzano y publicado por EDUCA, en este sentido la actuación de Hugo Hernández Oviedo lo convierte en el mejor Margarito interpretado en todos los tiempos. Al respecto, Socorro Bonilla Castellón, uno de los grandes pilares del teatro nacional, afirma de la interpretación de Hugo Hernández Oviedo: " la realizó con una limpieza actoral sorprendente, dándole vida dramática a un personaje del pueblo que por su sencillez se vuelve complejo, logrando matices ricos y sorprendentes".

Esta misma aura que sintetiza al nicaragüense lo llevó a interpretar el personaje central en la película "El milagro en el bosque", película nacional cuyo tema es el milagro de Santo Domingo, patrono de Managua. Esta película recorrió todo el territorio nacional, en este sentido, Rafael Vargas Ruíz, que años después los dirige en Orión afirma: " Hugo Hernández Oviedo es nuestro primer gran actor cinematográfico, apasionado y entregado por dar lo mejor de él, siendo el primer nicaragüense en incursionar por méritos propios en la cinematografía mexicana, y aún tenemos presente su excelente actuación en la película El Señor Presidente.

Hugo Hernández Oviedo también incursiona en la radio y televisión nacional, y en noviembre de 1958 forma parte del elenco de actores para interpretar chistes escenificados y sketch en el canal 6, en la radio participa en los programas Cuentos Cortos y Poemas del amanecer de Radio Mundial. De su actuación en la televisión, Chuno Blandón, nos afirma: " Después conocí su talento y profesionalismo cuando realizamos la comedia televisiva Pensión Terremoto en el canal 2, en la que Hugo deja plasmada sus cualidades de actor humorístico. Todo eso ocurrió en 1974, la impresión que Hugo me dejó como actor y como persona fue realmente extraordinaria".

Es impresionante el currículum artístico de Hugo Hernández Oviedo, tanto lo realizado en México como en nuestro país, pero a pesar de esta exitosa vida escénica, es un hombre sencillo, lejos de toda pomposidad, que vive su vida con su pasión que es la actuación, que incluso es uno de nuestros grandes declamadores, donde nos ha heredados dos CD, "Mi Cristo roto" y "Antología de la poesía Nicaragüense. Su último trabajo es el haber dirigido a niños en tres documentales: Homenaje a la madre, homenaje a la Patria y Navidad en Nicaragua.

En el merecido reconocimiento nacional a la incansable labor del actor de Teatro, radio, cine y televisión , donde ha dejado huellas imborrables y que es en la actualidad un icono de la cultura nacional participaron los grupos de teatro, Dante de Managua, Tabanco de Granada, Quetzalcoalt de Matagalpa, Rejan Limf de Estelí, Los Alpes de Boaco, Teatro Investigaciones de Niquinohomo, Ronda de Barro y Teyocoyani de León y el actor Lautaro Ruíz de Jinotega.

Edgard E. Martínez
AQUÍ NICARAGUA

Guadalupe Hernández, quien reside en la Florida, Estados Unidos, es un actor nicaragüense
Guadalupe Hernández
de larga trayectoria e incansable en sus faenas artísticas diversas y simultaneas que realiza sin inmutarse. AQUÍ NICARAGUA, abordó a Lupe, un hombre desbordante de simpatía y afable, que siempre estuvo dispuesto a responder a nuestras preguntas con precisión y exactitud, como al hablarnos de su nacimiento, mencionándonos que “Nací hace varias lunas atrás, en la cama # 12 del hospital General, de Managua, Nicaragua y me crié en el popular y bullicioso barrio Monseñor Lezcano.”

Guadalupe es hijo del afamado actor radial, teatro y cine nicaragüense Hugo Hernández Oviedo, originario de León, actualmente retirado de la actuación
Hugo Hernández
después de 45 años de participar exitosamente en obras teatrales, el cine mexicano, fotonovelas y en la película “Milagro en El Bosque” relacionada a la aparición de la milagrosa imagen de Santo Domingo de Guzmán en las sierritas de Managua.

Hernández Oviedo, pese a su retiro, siempre esta pendiente de lo que pasa a su alrededor, y es por ello que a Lupe, desde niño le interesó la actuación y recuerda la influencia de su progenitor, de quien habla con gran respeto y profunda admiración...“Si, recuerdo que acompañaba a mi papá cuando actuaba en alguna obra de teatro; actuar junto a mi padre es uno de mis sueños, me encantaria poder hacer eso”.

Cabe señalar que nuestro entrevistado, Guadalupe Hernández, tuvo su primera participación artística en lo que fue la primera pelicula nicaragüense "Milagro en el Bosque", al doblar la voz a un niño actor en la trama, que interpretó a "Juliancito", que fue un importante personaje en la película, y de eso hace exactamente 35 años en este inicio del mes de agosto del 2007 y que como milagrosa coincidencia se esta celebrando en Nicaragua, por los primeros 10 días del mes a Santo Domingo de Guzmán o "Minguito", que tambien le llamamos "El Santo" y eso que no estamos metiendo al "Santo" de La Palanca o de Abajo.


En Seguro y Urgente con la actriz venezolana Gabriela Vergara
DOS NICAS EN DINAMITADOS

Lupe es un ilegal en Dame Chocolate, cruzando el río de Tamaulipas a texas, su esposa muere ahogada sin que él pueda hacer nada y con su hijo en brazos.


Guadalupe, según nos informó, esta participando en la telenovela "Bajo las Riendas Del Amor", una co-producción de las cadenas televisivas Univisión de Estados Unidos y Televisa de México, donde por cierto ya se está presentando la novela que aun están rodando en Miami y donde nuestro pinolero es actor de reparto e interpreta al abogado Villanueva, un poco más allá de la mitad de la historia, pero con notoria presencia actoral y parlamentos importantes.
El estreno de esta telenovela aun no ha sido anunciada por la cadena hispana Univisión para la teleaudiencia de Los Estados Unidos.

En "Bajo las Riendas Del Amor", Guadalupe, tiene de compañeros a destacadas estrellas entre ellas a Adriana Fonseca, Gabriel Soto y a la bella puertorriqueña Adamari López, en su regreso a la pantalla chica convertida en una odiosa villana y después de su espectacular recuperación del cáncer de mama que le atacó en pleno apogeo de su carrera de éxitos.
También destaca la actuación de Victor Cámara, hijo del actor mexicano Carlos Cámara.

....¿Cuándo descansa Lupe?...

Desde que Guadalupe Hernández, salió de Nicaragua con destino a México en 1980 y por 8 años estuvo deambulando por los pasillos de Televisa y tratando de entrar en sus talleres, hasta que se decidió alzar vuelo a Miami, pues sabiamente se enteró y como dice en sus propias palabras que “si en Televisa no tienes “padrino”, jamás te bautizas”.

Ahora averiguamos que Lupe esta en la obra “Alta Sociedad” que se presenta en el teatro Arlequín de Miami; Esta participando en el nuevo canal de tele TVHOGAR, Canal 44 donde hay dos nicas más Gladys Sandino y Luís Manuel Cuadra conocido como el Archie-nica, caricaturista, muralista y pintor.

Y Lupe ha aparecido en acción en papeles de todos los tamaños y colores en docenas de producciones de cine, radio, teatro, comedias y telenovelas tales como en “Anita No te rajes”, “Dame Chocolate” “Las Dos Caras de Ana” Tierra de Pasiones” “Historias para contar” , Seguro y Urgente, Dinamitados, Sábado Gigante, ha hecho videos y comerciales, en cine la película en portugues "Vale Tudo" aparecerá pronto y eso por solo mencionar algunos proyectos. Lo que estamos investigando arduamente es cuando duerme Lupe????

LO DULCE, LO AMARGO Y NICARAGUA

Lupe, que esta entregado con fidelidad absoluta a su profesión, nos revela que como en todo oficio en el arte también hay alto y bajos, y entre estos hubo una época de cierto desacuerdo con su esposa, pero que ahora parece superado, sin embargo hay instantes en la vida que lo han marcado en su recuerdo, uno dulce otro amargo…el primero fue la satisfacción mas notoria que ha tenido y dijo que “ fue cuando me paré por primera vez en un foro de televisión”

…..y el momento más duro para Lupe??? “Lo peor para mi y lo recuerdo como hoy, fue cuando murió mi abuelita Carmen Oviedo Rosales, y no pude estar con ella es ese momento. Ella era la madre de mi papá, de hecho, la única abuelita que conocí, pues la madre de mi mamá falleció, cuando ella era tan solo una niña.

—Hugo Hernández Oviedo (*)—
Managua



Durante la visita de la imagen de Santo Domingo de Guzmán en Managua (del 31 de Julio - 10 de Agosto de cada año) se proyecta en la televisión nacional, la primera película nicaragüense que expone de manera admirable, la aparición de la diminuta imagen de Minguito que Vicente Aburto encontró en la corteza de un árbol de madero negro una mañana de 1885, en el propio corazón de las Sierritas de Managua, en donde ahora se levanta la iglesia en honor al milagroso Santo Domingo. A 28 años de filmada «Milagro en el Bosque» desafortunadamente ya ha perdido el color original.
PRIMER INTENTO CINEMATOGRAFICO

En 1970 la periodista de origen chilena, Margarita Alvarez de Castro Farías, realizó un magnífico trabajo periodístico investigativo para publicarlo en varias revistas de América del Sur y en México; ella se auxilió de entrevistas que realizó a los ancianos testigos vivientes de las Sierrita; así fue recopilando datos de la aparición de la milagrosa imagen; inesperadamente se fue apasionando por los relatos hasta realizar un documental para televisión donde dio a conocer las entrevistas en referencia.

DOCUMENTAL SOBRE LA VIDA DE SANTO DOMINGO

Para dar a conocer la auténtica vida de Santo Domingo de Guzmán, contrató al actor Archibaldo Arosteguí quien personificó a Santo Domingo (en off un narrador fue relatando la vida de Domingo de Guzmán); que había nacido en Calaruega, Provincia de Burgos, de la diócesis de Osma, España, el 24 de Junio de 1170; que inició sus estudios eclesiásticos hasta fundar la Orden de Predicadores, que era un sacerdote que profesaba el amor al prójimo; que fundó el rezo del Santo Rosario y que murió el 6 de agosto de 1221; naturalmente que este documental se completó con las entrevistas de la aparición de la estatuita en las Sierras de Managua que había efectuado la periodista Alvarez.

PROYECCION DE DOCUMENTAL

En 1971, Margarita Alvarez, giró invitaciones para la proyección del documental que se estrenó a las diez de la mañana en el Cine Aguerri, con la presencia de personalidades de la política, la banca, periodistas, artistas e invitados especiales como el señor obispo, hoy cardenal Miguel Obando Bravo. Al finalizar la proyección surgieron comentarios favorables y casi en forma unánime le pidieron a Margarita Alvarez que con ese primer intento que era muy bueno, le animaron que realizara una película comercial a colores, con sonido directo y participación de actores nicaragüenses.

MILAGRO EN EL BOSQUE SE LLEVA A LA PANTALLA GRANDE

Doña Margarita Alvarez que tenía la empresa cinematográfica que realizaba en esos años los documentales de los ministros y del presidente de Nicaragua; amplió el tema, tomando como base los relatos de los entrevistados y las investigaciones de la vida de Santo Domingo, fue así que logró escribir el argumento de «Milagro en el Bosque», filmada por EDICIN, Empresa Distribuidora de Cine Nicaragüense; cabe hacer mención que a 28 años de filmada está catalogada como una joya del arte cinematográfico nicaragüense.

CONTRATA ACTORES NICARAGÜENSES Y CINEASTAS MEXICANOS

Para realizar esta película, Margarita Alvarez contrató a profesionales del Cine Mexicano: Fernando Durán, director; Damián Acosta, subdirector; Felipe Hernández, director de cámaras, completando el elenco de actores nicaragüenses, destacados en el teatro, la radio y la televisión nacional; tanto los profesionales mexicanos como los artistas pinoleros, conjuntamente se dieron a la tarea de lograr un trabajo artístico, de calidad como en verdad lo es «Milagro en el Bosque».

ACTORES QUE CALIFICARON PARA INTERVENIR EN ESTA PELICULA

Todos los actores pasaron a realizar actuaciones demostrativas ante los cineastas mexicanos; con esta selección lograron quedar contratados Archibaldo Arosteguí con el papel de Vicente Aburto; Blanca Amador como Cirila; Hugo Hernández Oviedo personificando a Inocente García Lara; Carlos Morales en el papel de Santo Domingo; Ruth Obregón como Pabla.

Complementando el reparto destacados artistas del teatro, radio y televisión de Nicaragua, entre ellos Benjamín Zapata, Nena del Castillo, Oscar Henríquez, Richard Moore; José María Morales (Pascual Tibio); Alberto Arróliga, Auxiliadora Moncada; Domingo Heríquez; actuación especial del sacerdote Ignacio Pinedo y del periodista y piloto José Antonio Bonilla, encargado de utilería y vestuario, Daniel Vargas; maquillador, René Aburto.

LUGARES DONDE FUE FILMADA

Durante los meses de mayo, junio, julio y agosto de 1972 (año del terremoto) se filmaron escenas en la finca Los Angeles, Kms. 13 y 14 de la Carretera Sur; cabe recordar que la dueña de la finca, doña Angelita Parrales, colmó de atenciones a los técnicos y a los artistas; también se filmó en la finca Inglaterra de doña Blanquita Wheelock; escenas en la Iglesia de Nindirí, en la Catedral de León; en las Isletas del Gran Lago, Granada; en Monimbó, El Coyotepe, Masaya, el río Tamarindo, El Salto; también quedó en la película el recuerdo de la vieja Managua, cuando se filmaron escenas de la procesión de Santo Domingo, cuatro meses antes del terremoto; en ese movimiento telúrico pierde la vida uno de los actores, el periodista Alberto Valle Norori; también recordamos la participación de Mario Burgos Coronado, Romeo Regalado, los niños Roberto Hernández, Janet Orochena, Hugo Hernández Iglesias; especial mención al recordado actor Gustavo Valle quien aportó su voz en el doblaje, a Santo Domingo; también, el niño Guadalupe Antonio Hernández dobló la voz de «Juliancito» (importante personaje de la película); participaron más de cien extras.

APROXIMADAMENTE EL COSTO ECONOMICO FUE CIENTO CINCUENTA MIL DOLARES

Por realizar el primero y audaz paso en la industria de la cinematografía en Nicaragua; siempre estaremos agradecidos con la periodista Margarita Alvarez de Castro por haber dejado este documento fílmico a todo color cuyo costo económico aproximadamente fue de ciento cincuenta mil dólares, cuyo contenido es el mensaje histórico-religioso-folclórico, donde se proyecta con todo el realismo la aparición de la imagen de Santo Domingo de las Sierras que hace 115 años quedó entre nosotros; «MILAGRO EN EL BOSQUE» es una película de gran valor folclórico-religioso.

* Recopilador de datos históricos.

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